Hemos dicho en más de una ocasión que nuestras Palabras son un reflejo de nuestras Creencias.
Escuchando hablar a una persona uno puede anticipar que le espera, porque la mayoría de las personas viven como máximo, al límite de sus expectativas. Vivimos a altura de nuestras creencias (mentales) y no de nuestras posibilidades (reales). Nuestras creencias crean nuestra realidad, porque una Creencia no es otra cosa que ‘una idea que damos por cierta –aunque sea falsa– y que nos domina’. Somos adictos a nuestras creencias.
«Una gran diferencia entre la gente rica y la gente pobre es que la gente pobre dice ‘no puedo pagarlo’ con más frecuencia que la gente rica. En el catecismo aprendí: ‘Y la palabra se hizo carne’. Las personas pobres utilizan palabras pobres y las palabras pobres crean personas pobres. Tus palabras se hacen carne. La fuerza más poderosa que tengo es lo que me digo a mí mismo y lo que creo. Lo que tú piensas que es real es la realidad. Nunca digas la frase ‘no puedo permitírmelo’ y cámbiala por ‘cómo conseguirlo’. La primera invoca la tristeza, el desconsuelo que conduce a la desesperanza y, a menudo, a la depresión. La segunda pregunta te abre a las posibilidades, la emoción y los sueños».
No existen las metas no–realistas, sólo los tiempos no–realistas. En esta vida nadie fracasa, sólo hay gente que desiste. Todo es posible si uno se da el tiempo suficiente. Es cuestión de ensayo y error hasta dar con la tecla adecuada. De ello hablamos en el post La vida es como la combinación de una caja fuerte. Una buena propuesta la da Anthony Robbins (@tonnyrobbins), autor de Poder sin límites: «Si una y otra vez te haces la misma pregunta, no cabe duda de que terminas encontrando la respuesta». Y añade: «La gente sobreestima lo que puede hacer en un año y subestima lo que puede hacer en una década».
Si quieres tener éxito, hazte cargo de ti mismo. No busques excusas porque las encontrarás. La AUTORRESPONSABILIDAD es el primer requisito de las personas que consiguen resultados y metas. Saben que las cosas no siempre marchan o son como uno desea, pero siempre enfocan el zoom en la búsqueda de soluciones y alternativas y no de culpables o excusas. Cada vez que te escuches a ti mismo quejándote, toma conciencia de que te alejas de tus objetivos.
AUTORRESPONSABILIDAD no significa que todo dependa de uno, pero sí de que uno encontrará una camino –antes o después– para llegar allí donde quiere llegar. El clima no depende de uno, pero si llueve uno coge el paraguas; si hace frío, se abriga; y se hace calor, se pone el aire acondicionado o se toma algo fresquito, pero el clima no puede ser una excusa para no actuar, quedarse en casa y esperar a que la temperatura sea la adecuada. Hay personas que se quejan del viento; otras esperan que cambian; los mejores ajustan las velas. Ya lo decía Ludwing Van Beethoven: «Es la misma lluvia la que en la tierra inculta hace crecer zarzas y espinas, y en los jardines, flores».